Crecí entre las colmenas del campo de lavanda en un pueblo de Francia, y las palmeras de coco en Costa de Marfil. Dos entornos auténticos donde la naturaleza es la protagonista.

Y así me he sentido siempre, atraída por las cosas sencillas, bellas, auténticas y naturales.

Desde muy pequeña me gustaba cocinar con múltiples ingredientes y crear algo distinto, algo nuevo. Era mágico ver cómo, mezclando ingredientes, se creaban productos nuevos y más poderosos. También me encantaba rescatar los restos de velas de casa, los refundía y hacía una vela nueva, creando diferentes capas de cera coloreada. Incluso hacia maceraciones de hierbas y flores, jugando a la bruja y su magia negra…

Nunca he dejado de cocinar. Ahora creo productos cosméticos, buscando una sinergia entre los poderes de cada planta para obtener un producto potente. 

Y es que crear cosméticos tiene algo mágico, (igual que una buena receta en la cocina o ver una vela fundirse y solidificarse después). En la creación de cosmética se fusionan ingredientes naturales que dan como resultado un producto nuevo que aporta nutrientes reales a la piel y te conecta con la naturaleza, regalándote ese placer y bienestar que tu interior necesita.

Sin duda, crear productos cosméticos es un verdadero placer para los sentidos.