¡Mi piel suda!
Sí, lo sabemos, hablar de por qué sudamos no es un tema muy “glamouroso”, pero todo tiene un porqué y, si conocemos las razones por la cual este proceso es imprescindible para nuestro organismo, seguro nos parecerá más llevadero.
Lo cierto es que, aunque no nos guste, el sudor cumple un papel muy importante, principalmente el de mantener una buena hidratación en la superficie de la piel y la de mantener la temperatura del cuerpo.
Vamos a descubrir sus mecanismos y por qué nuestra piel suda.
¿Cuál es el fenómeno de la sudoración y por qué sudamos?
La sudoración es un fenómeno fisiológico natural, que permite regular la temperatura corporal interna, pero también sirve de vía de salida para eliminar las toxinas, a través de los poros de la piel.
En periodos de calor, especialmente en verano, o durante la práctica de un deporte, este fenómeno se acentúa. El sudor permite que nuestro cuerpo se enfríe para mantenerse a una temperatura constante interna cercana a los 37°C.
También, el sudor permite enfriar la piel. La sangre de los vasos sanguíneos de la dermis se enfría y por consecuencia la piel también queda más fresca, consiguiendo que también baje la temperatura general del cuerpo. Y es que seguro has podido experimentar esta sensación de frío, tocando la piel cuando hemos sudado.
La secreción de sudor se realiza a través de las glándulas sudoríparas. Tenemos entre 2 a 4 millones de glándulas en todo nuestro cuerpo, pero se concentran principalmente en los pies, las manos y las axilas.
¿Por qué es importante respetar el fenómeno natural de la sudoración?
Debes saber que nuestro cuerpo pierde, en promedio, un litro de sudor por día. Es una eliminación vital dentro del cuerpo para asegurar la regulación térmica como acabamos de ver.
Pero a través de la sudoración, el cuerpo también elimina ciertos residuos orgánicos (sales, ácidos láctico y úrico, residuos de lípidos y proteínas…) así como toxinas, bacterias y otros virus.
Por lo tanto, es esencial respetar la actividad de estas glándulas sudoríparas. El uso de un producto que bloquea la transpiración, impedirá al sudor de cumplir adecuadamente su función fisiológica y los residuos no podrán ser eliminados.
¿De dónde vienen los “malos” olores?
Estoy escribiendo “malos olores” pero no estoy de acuerdo con la palabra “malos”. Los olores pueden ser suaves y dulces, otros fuertes y picantes, a veces nos molestan y a veces nos atraen. El olor nos caracteriza y cambia según nuestro estado emocional, por nuestra alimentación o según la temperatura exterior y el clima.
El sudor secretado por las glándulas sudoríparas es naturalmente inodoro, porque se compone principalmente de agua, sal y algunas moléculas ácidas. Se llaman las glándulas ecrinas.
A nivel de las axilas, sin embargo, hay una peculiaridad relacionada con la presencia de glándulas llamadas apocrinas, que son las glándulas del olor y presentes en áreas del cuerpo donde hay vello, ya que estas glándulas segregan a través del folículo piloso. Trabajan bajo control hormonal y es por ello por lo que no entran en funcionamiento hasta la pubertad.
Se activan con el estrés (por la hormona adrenalina) y se relacionan con el olor del atractivo sexual (influenciadas por las hormonas sexuales). Este sudor, aunque se produce en mucha menor cantidad que el sudor ecrino, es responsable del olor. Está compuesto por agua, feromonas, ácido láctico y desechos orgánicos entre otras cosas. En un principio es inodoro, pero al entrar en contacto con las bacterias presentes en la piel, estas metabolizan las materias orgánicas del sudor, y son estos productos de descomposición (ácidos grasos) los que generan el olor corporal que nos caracteriza.
¡Las glándulas apocrinas son nuestra identidad olfativa!
La transpiración excesiva
Tal como hemos dicho, la sudoración permite la termorregulación del cuerpo, secretando principalmente agua. El sistema nervioso vegetativo, cuyo jefe de orquesta es el hipotálamo, es sensible a la temperatura sanguínea y, cuando llega a un cierto punto, el sistema nervioso simpático recibe la orden de activar la producción de sudor.
Todo el mundo suda pero, a veces, el mecanismo de sudoración se desajusta, se acelera de manera innecesaria y el hipotálamo, siendo “sobre-excitado”, provoca un exceso de sudor. Se llama la hiperhidrosis.
La hiperhidrosis la consecuencia de producir excesivamente sudor por las glándulas ecrinas y, la mayoría de las veces, sin ninguna causa conocida. Las zonas más afectadas suelen ser las axilas, los pies y la palma de las manos.
La transpiración nocturna
No solemos sudar mucho mientras dormimos, excepto si hay un exceso de calor evidente y, las glándulas sudoríparas están, ellas también, descansando.
Algunas personas sufren de un exceso de sudor hasta tal punto que tienen la necesidad de cambiar de ropa. Puede haber varios factores y es importante poder detectar las causas:
- Fiebre y enfermedad infecciosa
- Desajuste de las tiroides
- El sistema digestivo está trabajando demasiado debido a una cena copiosa o alcoholizada.
- Los efectos de la menopausia
- El estrés y la ansiedad
- Efectos secundarios debido a la ingesta de medicamentos
¿Qué pasa con la sudoración ácida?
El sudor es un líquido ácido con un pH de 4-6, debido a la presencia de ácido láctico, ácido úrico, ácido ascórbico, ácidos grasos libres, …
Algunas personas tienen sudoración excesiva, inadecuada a las necesidades fisiológicas.
Esta transpiración puede ser:
- De origen emocional, llamado hiperhidrosis primaria.
- De origen orgánico llamado, hiperhidrosis secundaria. Eso es debido a un desequilibrio físico u hormonal (menopausia, adolescencia), patológico (diabetes, hipertiroidismo…), por fiebre, por fármaco, o relacionado con determinados alimentos.
Muy a menudo esta sudoración ácida tiene un olor molesto y deja marcas amarillas en la ropa.
En resumen
El sudor cumple un papel muy importante, principalmente el de mantener una buena hidratación en la superficie de la piel y la de mantener la temperatura del cuerpo.
Nuestros olores corporales tienen muy poca aceptabilidad socialmente y se entiende perfectamente. Los productos específicos como los desodorantes, nos permiten poner remedio a esas molestias. Pero también cabe notar que ese fenómeno fisiológico de sudoración es indispensable para nuestra salud, y no se puede olvidar que los olores corporales expresan nuestra identidad.
Dejando de lado este tema debatible, y, como conclusión, diría que una alimentación equilibrada, una limitación del estrés y un organismo saludable permiten disminuir los problemas relacionados con el sudor. Una buena higiene de vida y el uso de desodorantes naturales serán vuestros aliados para luchar contra los olores.
Si quieres saber más
- Te invito a escuchar el podcast de Ciencia y cosmética, el podcast – episodio 6 ¿Por qué huele el sudor? ¿Es perjudicial usar antitranspirantes? Sudoración y tratamientos con la Dra. Inés Escandell.
- Si quieres aprender a elaborar tus desodorantes, pronto saldrá nuestro primer curso online “Aprende a elaborar todo tipo de desodorantes naturales”.
Algunas fuentes
- Libro «Je soigne ma peau au naturel» de los autores Annie Casamayou y Julien Kaibeck
- Extracto de mi curso online “Aprende a elaborar todo tipo de desodorantes naturales”.
- Libro «mon amie la peau» del Pr Nicolas Dupin ed.JC Lattès